martes, 27 de mayo de 2014

Crítica de X-Men: Días del Futuro Pasado


FICHA TÉCNICA

Título: X-Men: Días del Futuro Pasado
Título original: X-Men: Days of Future Past
Dirección: Bryan Singer
País: Estados Unidos
Año: 2014
Fecha de estreno: 06/06/2014
Duración: 131 min.
Género: Drama, Aventuras, Acción, Fantástico
Reparto: Hugh Jackman, James McAvoy, Michael Fassbender, Jennider Lawrence, Halle Berry, Ellen Page, Nicholas Hoult, Peter Dinlage, Ian McKellen, Patrick Stewart.

SINOPSIS

En un futuro no muy lejano, ante un asolado y apocalíptico futuro Lobezno será la clave que hará que desde el pasado las cosas cambien al intentar evitar que el curso de las acciones de Mística en el pasado desemboquen en tan oscuro futuro. Para ello, Logan tendrá que volver a unir a un joven Xavier y a un irascible Magneto, para intentar hallar el modo de hacer entrar en razón a la metamorfa azul para así evitar un futuro que los condenará a todos.


CRÍTICA

Hace ya catorce años desde que los X-Men de Bryan Singer y el Spiderman de Sam Raimi irrumpieran en el panorama cinematográfico para cambiar el paradigma de la industria holywoodiense y más concretamente el género superheroico que parecía haberse condenado al ostracismo más puro y duro con productos tan efímeros como olvidables. Ambas franquicias consiguieran una muy buena recaudación lo que impulsó a la creación de sus respectivas secuelas que consiguieron arrastrar más seguidores a las salas lo que certificó el indiscutible éxito de las sagas del género superheroico.

Tal vez de manera paradójica, el éxito de ambas franquicias hizo que los estudios recelaran de los personajes cuyos derechos poseían - más teniendo en cuenta que Marvel Studios ya empezaba a sonar con fuerza por según qué despachos (que se lo pregunten a Samuel L. Jackson) - y el fin de fiesta que debieron ser el clímax final de sus respectivas franquicias se vio completamente deslucido en ambas por culpa de las intromisiones de las antes mencionadas productoras recelosas. Raimi se vio desbordado por la situación al tener que incluir en el argumento según qué 'sugerencias', mientras que el caso que nos preocupa es el de Singer.

Y es que la secuela de X-Men marcaría un antes y un después en la consumación definitiva del género superheroico cinematográfico, al saber abordar el argumento de una adaptación no tan finedigna como podríamos llegar a pensar, pero que igualmente sabe tocar la fibra del aficionado al dar una lección sobre los personajes, el entorno que los rodea y cómo saber aprovechar la mitología de los Hijos del Átomo en ocasiones mejor de lo que llegan a hacer en el noveno arte. X-Men 2 se coronaría como una de las mejores películas del género, poniéndose a la altura del Superman de Richard Donner. En cualquier caso, Bryan Singer conseguiría coronarse como uno de los directores a tener muy en cuenta de haber completado su trilogía. Pero el director fue tentado por la Distinguida Competencia/Warner para llevar a cabo un extraño reboot/secuela del Hombre de Acero que acabó convirtiéndose en Superman Returns. El estudio que poseía los derechos de los mutantes no iba a esperar al director por lo que decidió seguir hacia adelante con el proyecto sin el director.

Brett Rattner tomó el timonel de la franquicia consiguiendo un cierre con mucha pirotecnia y humo, pero por el camino había perdido esa chispa con la que los mutantes irrumpieron en las salas cinematográficas y como fin de fiesta no llegó a lo deseado. Hay que reconocer que hay momentos de la película de Rattner que resultan insufribles.

Tocados y hundidos, los mutantes vagaron por un incierto futuro que no parecía llevarles a buen puerto. X-Men Origins prometía convertirse en una franquicia spin-off donde personajes tan carismáticos como Tormenta, Magneto o Lobezno, recibirían su propio título para explorar su pasado más inmediato. FOX seguía en su empeño en tirar por la borda el trabajo realizado por el director Singer y la infumable X-Men Origins: Wolverine certificó que ya era hora de ir cerrando el chiringuito.

A eso que Marvel Studios empezó a ganar terreno con Los Vengadores y sus precuelas interactivas entre ellas, el estudio volvió a reclamar ayuda al director que decidió volver por la puerta grande con la precuela conocida como X-Men First Class. Pero sus compromisos con Warner le impidieron encargarse de la dirección, pero sí estuvo involucrado en parte activa en la producción de una película que volvió a dar luz en la oscuridad del oscuro túnel en el que parecía haberse hundido la franquicia mutante cinematográfica.

Con Bryan Singer libre de ataduras, por fin, el director volvería a la silla que no debió abandonar nunca jamás. Y es que uno al ver X-Men: Días del Futuro Pasado se da cuenta que a pesar del tiempo pasado, es ÉSTA el fin de fiesta que siempre debió haber tenido la franquicia mutante cinematográfica de FOX y consigue con holgura superar cualquier expectativa que cualquier espectador pudiera llegar a cosechar de antemano de la película. La única duda que podría plantearse es: ¿DÓNDE SE HABÍA METIDO BRYAN SINGER HASTA EL MOMENTO?

"Días del Futuro Pasado" se convierte en una de las mejores películas del género superheroico, codeándose con las grandes reinantes del momento llegando al nivel de El Caballero Oscuro de Christopher Nolan o Los Vengadores de Joss Whedon.  

La historia no resulta ser una fiel adaptación de la obra de Chris Claremont y John Byrne, pero guarda los suficientes guiños y paralelismos para que veamos sus claras referencias. Algo que agradecerán los más exigentes seguidores, sin duda alguna. Ya que guiños hay y a patadas.

En un futuro no muy lejano, los X-Men quedan como último reducto ante el imparable ascenso de las inteligencias artificiales conocidas como Centinelas que se han apoderado del mundo, matando a mutantes y humanos por igual. Pero en una situación tan extrema su última esperanza reside en que la mente de uno de los suyos viaje al pasado, al día que desembocó a la creación de este singular sistema de seguridad para evitarlo. El único capaz de sobrevivir a la experiencia, por supuesto, es Lobezno que de esta manera se convierte en el nexo entre las dos líneas temporales, algo lógico.

Es a partir del viaje temporal donde vamos conociendo detalles de lo ocurrido en la última década desde que dejamos a Charles fundando los 'X-Men'. Y es que la guerra del Vietnam ha causado estragos y no parece que la imagen de los mutantes esté en su mejor momento con Magneto encerrado por el asesinato de JFK. El reto de Lobezno estará en reunir a los dos archienemigos por antonomasia, Xavier y Magneto, para que ambos consigan que Mística detenga los planes que harán que desemboque al oscuro futuro del que proviene Lobezno (o su mente mejor dicho).

La desaparición de los personajes de la primera entrega queda más que justificada, aunque de manera bastante cruel, pero ayuda a que los que aparezcan brillen como nunca. Teniendo a Fassbender, McCvoy y Lawrence con Jackman en la combinación sobra cualquier otro personaje y es que es el cuarteto antes mencionado el que sustenta el peso de todo el metraje, dejando escenas para el recuerdo y sin olvidar las apariciones de la Bestia o la de Peter Maximoff más conocido como Mercurio, cuya escena levantará más de una carcajada.

El peso de la película recae en el forzado triángulo formado por Magneto, Mística y Xavier, pero que al menos aquí consiguen dotar de interés gracias a los  ágiles y carismáticos diálogos de los personajes.

No podemos olvidar al gran Peter Dinklage que pasa a convertirse en uno de los villanos más carismáticos aparecidos en la franquicia cinematográfica de los mutantes. Su presencia en la escena de la conferencia es un resumen perfecto de la psique que mueve a un personaje como el que interpreta el actor televisivo de Juego de Tronos.

La montaña rusa emocional en la que se convierte la película nos lleva a un clímax final que no sabes predecir en ningún momento y que da pie a una reinvención por completo de toda la saga de los mutantes en la gran pantalla.

Con las reglas dispuestas Bryan Singer va atando cabos entre la actual saga y la anterior, permitiéndose algunos remedos que probablemente contente a algunos y a otros hará enfadar, pero no llueve a gusto de todos pese a que el grito en el cielo será unánime al ver el conjunto de todo como es: el fin de fiesta con el que Bryan Singer nos debió obsequiar en su momento, pero por culpa de las intromisiones ajenas nos hicieron esperar una década para reentrarnos con el deslumbrar de una franquicia que parece haber cogido fuelle gracias al trepidante espectáculo que nos brinda el director y todos los factores en el molde de todo.

Por fin los mutantes vuelven a brillar con una inaudita fuerza, que los hace merecedores de todos los reconocimientos y más. Porque señoras y señores parece que la cosa no ha hecho más que empezar y ahora sí que se vislumbra un terreno bastante fortificado con Bryan Singer como gran cabeza de cartel. Y es que al fin y al cabo fue el director uno de los primeros proscritos que decidieron llevar a cabo una adaptación imposible que ha acabado convirtiéndose en una de las franquicias más exitosas de la historia del cine.



LO MEJOR: Que Bryan Singer haya vuelto a la silla de dirección, ya que los mutantes cinematográficos vuelven a brillar como nunca. Ésta tendría que haber sido X-Men 3 desde hace diez años...

LO PEOR: Tal vez haya algunos momentos en el que la acción pasa a un segundo plano para mostrar escenas en ocasiones cargantes, pero que en parte ayudan a crear una motivación y trasfondo que en las anteriores entregas parecían haber olvidado, que es el alma de los personajes. Algo que Singer capta a la perfección.

P.D: Singer se cubre de gloria al intentar remediar los errores de continuidad y probablemente la película suscite más polémica por ello que por otra cosa. Pero a mí me parece fenomenal y a partir de ahora habrá que mirar con otros ojos algunas películas de los X-Men...

1 comentario:

  1. Errores de continuidad aparte creo que la historia fluye de manera lo suficientemente sencilla para al finaltodo encaje casi a la perfección y te da la sensación de que todo ha valido la pena. Buena critica.

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