jueves, 15 de mayo de 2014

Avance del Wolverine #6



Cuando la mona se viste de seda… Cornell se queda. A pesar del relanzamiento y haber dado un giro argumental por completo, que ha llevado a Lobezno a rincones insospechados, además de anunciar a bombo y platillo la prematura muerte del personaje – con cuenta atrás incluida – no parece que el trabajo del guionista británico despierte el suficiente interés como para reafirmar la presencia del mutante de las garras en un competitivo mercado que a día de hoy sabe cómo practicar el canibalismo más descarnado.     

Con casi veinte episodios a sus espaldas, queda bastante claro que el guionista llevaba las directrices argumentales dictadas desde las altas esferas editoriales, ya que cualquier lector que se acerque a la serie regular de Lobezno encontrará intrascendentes tramas que llevan directamente a ‘La Muerte de Lobezno’ que es el principal reclamo de lo que andan haciendo con el personaje desde hace una buena temporada, y eso cuando los guionistas de turno aún recuerdan que el personaje ya no posee su factor de curación, que eso es otro cantar. 

Una pena que la muerte del personaje la vaya a perpetrar incluso otro guionista en una miniserie aparte, lo que da por sentenciado de manera definitiva el título del mutante de las garras, que en los últimos años ha ido sufriendo un gran desgaste en el público en general y las ventas que cosecha mes a mes la colección es una muestra palpable de la pérdida de popularidad de un personaje que hace no demasiado tiempo campaba a sus anchas en cualquier título de La Casa de las Ideas, junto con cierto trepamuros, siempre a la hora de reflotar ventas o llamar la atención.

Lo más llamativo del nuevo arco que da inicio en el mismo número del que os dejamos el avance, es el arte de Gerardo Sandoval, que parece haberse adaptado a un estilo caricaturesco más tendencioso al amerimanga del que muchos rehúyen como si les mencionaran el lobo, pero que probablemente hará que muchos lectores se vea retraídos a tiempos pasados mejores, dónde no se tenían que inventar eventos alrededor de ningún personaje a la hora de promocionarlos y llevarlos hasta las últimas consecuencias. 



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