Quién piense, a día de hoy, que el crossover de “La Batalla
del Átomo” no fue algo orquestado por Brian Michael Bendis, es porque se engaña
a sí mismo. Y es que por el momento parece que el guionista de Cleveland es de
los pocos que han aprovechado la coyuntura y los cabos sueltos que dejó el
evento para ir desarrollando su gran macrohistoria.
Para más inri, tras exiliar a Kitty Pryde y sus alumnos al
nuevo y clandestino Instituto Xavier de Cíclope, ahora el calvo recupera a la Hermandad de
Mutantes Diabólicos del Futuro, convirtiéndolos en los antagonistas idóneos de
unos viajeros temporales que creían hacer el bien al quedarse en nuestra era,
pero que irremediablemente removerá los cimientos de la Franquicia Mutante una
vez se resuelva.
Con unos antagonistas a la altura, sólo nos queda seguir
disfrutando a la apuesta del autor de Ultimate Spiderman, que sigue estirando
al máximo el chicle de la premisa con la que llegó a los mutantes, eso sí,
intentando retorcer cualquier camino que el lector pueda preconcebirse de
antemano.
Immonen sigue a los lápices a pesar de lo llovido y
esperemos que siga aquí por todo el tiempo que dure la permanencia del
guionista en el título. Ya que es el dibujante quien consigue traspasar
cualquier membrana opaca y hace que apele al sentido del espectáculo que el
lector espera encontrar en el cómic, gracias a sus preciosas planchas.
Toca el momento de sacar a la luz los secretos que hicieron
que los diferentes miembros de esta alternativa Hermandad de Mutantes
Diabólicos se unieran a esta formación futura… Y de esta manera descubrir
cuáles son las verdaderas motivaciones que los mueven al querer mandar a los
jóvenes pupilos de la Profesora K a su era.
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