Resulta curiosa la suerte que corren algunas series secundarias de la Franquicia Mutante, que de golpe a porrazo se convierten en una de las imprescindibles del mes ya que los efectos que se sientan sobre la serie serán vitales para entender todo el entramado de colecciones que rodean el paraje de los Hijos del Átomo.
El caso de X-Men roza lo absurdo, teniendo en cuenta que hace menos de un año la serie fue relanzada por todo lo alto con Brian Wood y Oliver Coipel como cabezas de cartel. El siempre eficiente matrimonio Dodson se hicieron cargo del relevo a los lápices, mientras que Wood intentaba alejarse de cualquier interferencia editorial pese a que su serie contó con dos episodios dedicados a "La Batalla del Átomo".
Cuando por fin parecía ir todo viento en popa, nos encontramos que la calidad gráfica de la serie vuelve a los derroteros que nos tienen acostumbrados en la línea mutante, con Clay Mann irrumpiendo en los dibujos y convirtiendo una serie abanderada como una de las principales en una terciaria.
Y es que cuando ocurren este tipo de movimientos es cuando llega el cambio de guarda que será Marc Guggenheim que llegará para hacer cargo de la serie una vez finiquite Wood todas las tramas que ha ido dejando en su larga estancia con los mutantes. Cabe recordar, ante todo, su anterior etapa al frente de la colección que heredó directamente de un relanzamiento similar...
Así que probablemente la historia se repita de nuevo y en menos de un año volvamos a tener un relanzamiento de la cabecera X-Men.
Qué tiempos aquellos donde la cabecera alcanzaría los 200 ejemplares sin ni siquiera despeinarse...
El caso de X-Men roza lo absurdo, teniendo en cuenta que hace menos de un año la serie fue relanzada por todo lo alto con Brian Wood y Oliver Coipel como cabezas de cartel. El siempre eficiente matrimonio Dodson se hicieron cargo del relevo a los lápices, mientras que Wood intentaba alejarse de cualquier interferencia editorial pese a que su serie contó con dos episodios dedicados a "La Batalla del Átomo".
Cuando por fin parecía ir todo viento en popa, nos encontramos que la calidad gráfica de la serie vuelve a los derroteros que nos tienen acostumbrados en la línea mutante, con Clay Mann irrumpiendo en los dibujos y convirtiendo una serie abanderada como una de las principales en una terciaria.
Y es que cuando ocurren este tipo de movimientos es cuando llega el cambio de guarda que será Marc Guggenheim que llegará para hacer cargo de la serie una vez finiquite Wood todas las tramas que ha ido dejando en su larga estancia con los mutantes. Cabe recordar, ante todo, su anterior etapa al frente de la colección que heredó directamente de un relanzamiento similar...
Así que probablemente la historia se repita de nuevo y en menos de un año volvamos a tener un relanzamiento de la cabecera X-Men.
Qué tiempos aquellos donde la cabecera alcanzaría los 200 ejemplares sin ni siquiera despeinarse...
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