
El autor sigue tocando sus particulares melodías respecto a cómo
ve la cosmogonía mutante, algo en lo que se le ha criticado continuamente al
haber convertido la serie en una especie de sit-com. Pero Claremont en sus
mejores días convirtió la serie en un culebrón venezolano con súper poderes de
por medio y Aaron ha sabido adaptar su particular estilo e insuflar un nuevo
brío a una encandilada franquicia que parecía haberse dormido en los laureles.
Pese a ser de las menos vendidas, mes a mes ‘Lobezno y la
Patrulla-X’ se revaloriza como una de esas pequeñas joyas a tener en cuenta,
sobre todo por conseguir que a más de un lector se le salten los puntos de
sútura tras una operación por culpa de la risa. Y es que el handycap de
convertir la serie en una sit-com es precisamente uno de sus puntos fuertes, al
conseguir que una generación ‘perdida’ de mutantes despierte simpatías en lo
que nos ha venido contando Aaron.
Nick Bradshaw vuelve a casa para concluir con el mapa de
Aaron al frente de este primer viaje de iniciación de Logan en la Escuela.
Mientras que muchos babean por los lápices de Immonen, Bradshaw ha demostrado
ser alguien a tener muy en cuenta y es que cada episodio que le toca dibujar se
convierte en un preciado tesoro a releer mes a mes gracias al gran detallismo
de sus preciosos dibujos, llenos de fondos.
P.D: Esto no es un Spoiler… Pero sospecho que tarde o
temprano volveremos a ver a Kurt Wagner por este título.
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