Con Jason Aaron despidiéndose de Lobezno y la Patrulla-X muchos lectores se echaron las manos a la cabeza ante la noticia, pero pronto se descubrió que se trataba de un mal menor ya que el guionista iba a pasar a ocuparse de la nueva Amazing X-Men dónde heredaría todas las tramas abiertas desde que entrara ya no en el mencionado título sinó en su periplo con Lobezno en solitario. Es por ello que de alguna manera el guionista cerraba el círculo que iniciara hace ya unos cuantos añitos.
Hace apenas una semana descubríamos que finalmente Aaron también abandonará Amazing X-Men relegando el cargo de guiones al duo formado por Christopher Yost y Craig Kyle, mientras que el autor sigue ocupado con otros rincones más acuciantes del Universo Marvel, por lo que tampoco es que vaya a ser un cambio demasiado traumático y más teniendo en cuenta el historial con el que cuenta la dupla. Pero eso no quita que haya parece de tristeza en su marcha.
Y es que el guionista ha sabido como nadie captar la esencia de los mutantes a la par que jugaba con toda la mitología y personajes desde una perspectiva carente de esa grandilocuencia que en ocasiones tenía la Patrulla-X en su mejor época, pero que conseguía crear un tono completamente disentido y en ocasiones autoparódico que arrancaba más de una sonrisa al lector.
Finiquitando el primer arco de la Asombrosa Patrulla-X tenemos el regreso de un viejo conocido de los mutantes y se cierra el gran círculo marcado por el guionista, donde le servirá un episodio de epílogo para despedirse de manera definitiva de la X y los fans lloremos la pérdida de un guionista que ha sabido encauzar el ritmo endiablado de los mutantes a su propio terreno y maravillarnos con las historias que ha ido planteando.
Hace apenas una semana descubríamos que finalmente Aaron también abandonará Amazing X-Men relegando el cargo de guiones al duo formado por Christopher Yost y Craig Kyle, mientras que el autor sigue ocupado con otros rincones más acuciantes del Universo Marvel, por lo que tampoco es que vaya a ser un cambio demasiado traumático y más teniendo en cuenta el historial con el que cuenta la dupla. Pero eso no quita que haya parece de tristeza en su marcha.
Y es que el guionista ha sabido como nadie captar la esencia de los mutantes a la par que jugaba con toda la mitología y personajes desde una perspectiva carente de esa grandilocuencia que en ocasiones tenía la Patrulla-X en su mejor época, pero que conseguía crear un tono completamente disentido y en ocasiones autoparódico que arrancaba más de una sonrisa al lector.
Finiquitando el primer arco de la Asombrosa Patrulla-X tenemos el regreso de un viejo conocido de los mutantes y se cierra el gran círculo marcado por el guionista, donde le servirá un episodio de epílogo para despedirse de manera definitiva de la X y los fans lloremos la pérdida de un guionista que ha sabido encauzar el ritmo endiablado de los mutantes a su propio terreno y maravillarnos con las historias que ha ido planteando.
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