Cuando el guionista británico venido de Dr. Who, Paul
Cornell irrumpió en La Casa de las Ideas lo hizo despuntando sobre el resto con
trabajos a día de hoy considerador de culto como la miniserie de la línea MAX
para adultos Wisdom que le sirvió de referencia para encargarse de una de las
series regulares más sorprendentes y rocambolescas que se hayan hecho en la
última década, Capitán Britania y el MI:13 consiguió ensalzar al guionista a un
nuevo nivel.
Encargándose de miniseries posteriores como la de Jóvenes
"Señores del Mal" Vengadores, la mini dedicada a la Patrulla-X Oscura y contar el origen de
la Viuda Negra, el escrito decidió embarcarse en una nueva odisea editorial con
la Distinguida Competencia que de buenas a primeras no lo mantendría
arrinconado en ninguna esquina y le hicieron tomar el mando de una de las
colecciones más representativas de la editorial.
Tras el relanzamiento sufrido por la ‘otra’ editorial el
guionista pronto perdió la mayoría de colecciones regulares que había iniciado,
así que con el rabo entre las piernas decidió volver a Marvel como otros muchos
autores huidizos.
Teniendolo más en consideración el primer encargo del
guionista fue la colección en solitario de Lobezno y acompañándolo iba a tener
a nada más y nada menos que uno de los grandes clásicos de la compañía, Alan
Davis.
Casi un año después del lanzamiento de la nueva colección
regular del mutante canadiense de las garras de adamántium se puede llegar a
atestiguar que a día de hoy tener un dibujante a la altura de las expectativas
no es ni mucho menos uno de los requisitos que buscan los lectores actualmente.
Y es que pese a tener a una de las grandes leyendas vivientes del cómic, el
guionista no ha sabido jugar demasiado bien las cartas y es que la serie desde
que empezó ha visto como número a número iba cayendo más y más en las listas de
ventas, dejando bien claro que en el plan maestro del guionista es lo que a día
de hoy gana con fuerzas una base sólida de lectores. Y es que la anodina
historia introductoria de Cornell, pronto chocó con fuerzas mayores editoriales
como fue el estreno de Lobezno Inmortal.
Siguiendo el modelo de adaptar las tramas del cine a las
viñetas, en el segundo arco de Cornell el protagonista se quedó sin uno de sus
más importantes done… su factor de curación.
Es ahí donde arranca el presente arco argumental del que tan
solo quedan dos episodios para finiquitar el primer año de Cornell al frente de
la serie, para en febrero relanzarla desde un nuevo número #1 con nuevos
personajes, tramas y añadidos.
En cualquier caso el autor debe hacer frente al frío
invierno que despiertan a día de hoy sus propias aventuras y demostrar que pese
a todo es el idóneo guionista para encargarse de las historias en solitario de
Logan.
Sin duda alguna, Jason Aaron dejó el listón demasiado alto
con todo el entramado que montó alrededor del personaje y a día de hoy se antoja
como imposible superarlo, más teniendo en cuenta que Aaron y Remender siguen
toqueteando al personaje en sus respectivas series.
Así que habrá que ver si por fin Cornell consigue dotar a la
serie del impulso necesario que la hagan brillar con fuerza en mitad de la
marabunta de cómics que nos llegan mes a mes. Y es que es una de las claves de
las aventuras en solitario del mutante de las tres garras.
No hay comentarios:
Publicar un comentario