Como la mayoría de autores que han pululado por la
Franquicia Mutante, el primer paso que dio Bendis a parte de transportar al
quinteto original a nuestros días fue presentar una galería de ‘nuevos mutantes’
que poco a nada tenían que ver con las distintas visiones que han venido
ofreciendo los autores mutantes de la última década.
De la misma forma en la que eran presentado los personajes
de la televisiva Héroes, el autor de Ultimate Spiderman parece querer tener a
su nueva generación-X pegada lo más posible al suelo. Y pese a contar en el
equipo con personajes tan icónicos como Cíclope, Magneto o Emma Frost, el de
Cleveland pretende que el lector medio se identifique de inmediato con esos
personajes que en un primer momento, salvo en una excepción, los poderes
estaban manidos y ya vistos con anterioridad. Pero la magia de saber utilizar o
no un poder radica precisamente en la gracia que tenga el guionista de turno
por ofrecer algo más allá de lo que pensamos.
Tras concluir la Batalla del Átomo y teniendo a varios
inquilinos de más en la nueva Escuela Xavier, toca el turno de ir ahondado en
los nuevos personajes que Bendis se ha ido sacando de la manga para que
lleguemos a sentir algún tipo de conexión. Y es que una de las grandes críticas
que se le ha hachado al Sr. Bendis es la poca originalidad al presentar a los
personajes.
Chris Bachalo sigue en danza y no parece que vaya alejarse
demasiado del título. Un alivio, ya que al menos se respeta la coherencia
gráfica ya que los tonificantes personajes de los que hace gala el dibujante se
anteponen ante la luminosidad y claridad que ofrece el trazo de su
contrapartida, Stuart Immonen. Dando un claro ejemplo de cómo deben utilizarse
a los dibujantes a tenor por lo ya visto.
Esperemos que tras el crossover las cosas empiecen a
avanzar, ya que mientras en Nueva Patrulla-X la cosa no parecía ir bien
definida, es en La Imposible Patrulla-X dónde el calvo parece guardar un plan a
largo plazo del que poco a poco vamos viendo las primeras pinceladas. Pero a
este paso… no sé cuándo terminará el cuadro, pero por momentos se vuelve extasiante
la espera por ver si ocurre algo o no.
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