Desde que se estrenara ‘X-Men’ en
el año 2000, ha llovido un rato largo en lo que se refiere a la ascensión de
adaptaciones cinematográficas del noveno arte para convertirse en un género
propio en el séptimo. Tal es su desmesurado crecimiento que desde la Casa de
las Ideas han intentado aprovechar lo mejor que le podía ofrecer el producto
audiovisual de turno; por ello es que se ha creado un movimiento de
retroalimentación entre los dos medios en el que finalmente son las viñetas las
que adaptan el tono de la propia adaptación cinematográfica; entrando en un
bucle que despierta los recelos de los más entendidos y veteranos del lugar
pero que ayudan a los nuevos lectores a introducirse de lleno en las viñetas de
los personajes que protagonizan las películas ‘superheroicas’ tan de moda en la
última década y lo que queda.
Con el estreno de la primera
entrega de la trilogía de los mutantes, dirigida por Bryan Singer, la editorial
vendió la colección de ‘X-Men’ y ‘Uncanny X-Men’ con el inminente regreso de
una vieja y clásica gloria del grupo, Chris Claremont, el considerado Patriarca
Mutante por haber dictado el destino del homo superior por más de tres lustros
y hacerlo brilla cómo nunca hasta convertirlos en el indiscutible éxito de
ventas que ha sido durante los últimos treinta años. Pese al regreso del autor,
fue bastante corto (todo hay que decirlo), las licencias que se había permitido
Singer en el film fueron incluyéndose en la franquicia mutante como el rediseño
de ‘Cerebro’ que se produjo con la llegada del valenciano Salvador Larroca en
pleno crossover con ‘Maximum Security’. No fue hasta la llegada de Grant
Morrison que desde la Casa de las Ideas decidieron aprovechar todo el potencial
que les ofrecía la nueva arteria que había encontrado Singer para los mutantes;
el primer paso consistió en convertir el Instituto en eso mismo ya que de toda
la vida las paredes de la Mansión Xavier habían estado pobladas por una mínima
representación estudiantil, todos ellos formando distintas facciones de los
hombres y mujeres-x sin que hubiese un trasfondo generacional de primera orden
que crease conflictos que pudieran asemejarse con los problemas de los
adolescentes, metafóra que había quedado algo olvidada en los últimos años de
la franquicia y que el bueno de Morrison supo recuperar. El segundo paso
fue adaptar los trajes al Siglo XXI, la
línea definitiva de Marvel parecía ser la gran estrella de la compañía teniendo
en cuenta el potencial que albergaba al permitir una retroalimentación más
proactiva y directa a la de las versiones cinematográficas, sin embargo la
nueva revolución les permitió a los mutantes quitarse la licra amarilla para
lucir un cuero negro adaptado a los nuevos tiempos y más concretamente al film
de Singer.
Para la secuela de ‘X-Men’, la
Casa de las Ideas preparó su fuerte para ofrecer en sus productos de papel
historias similares a las que cualquier espectador que saliera de la sala del
cine pudiera engancharse sin temor alguno, además de encontrar una historia que
pudiera tener ciertos puntos en común con el producto audiovisual. Chuck Austen
presentó en ‘Patrulla-X’ un enemigo muy similar a los comandos militarizados
liderados por William Stryker y ¡oh sorpresa! Teníamos un mutante muy similar
al hijo de Stryker, salvo que fue utilizado como mero reclamo sin pena ni
gloria. Morrison siguió a lo suyo sin preocuparse por lo narrado en la
película, ya que entre sus plantes se incluía el asesinato en la Mansión de
Emma Frost y Chris Claremont aprovechó la presencia de Stryker en la secuela
para escribir la secuela de ‘Dios ama, el hombre mata’ en la colección regular ‘X-Treme
X-Men’ dónde la versión del cómic definió las diferencias más proactivas entre
las dos versiones.
Con el estreno de ‘X-Men: La
Decisión Final’ el cierre de trilogía que nos proponía Brett Ratner en
sustitución de Singer, la Casa de las Ideas ya tenía otros objetivos en mente
con respecto a los ‘Héroes más poderosos de la Tierra’. Buena muestra de ello
fue ‘Dinastía de M’ dónde buena parte de los personajes más importantes de la
franquicia se verían afectados por el ‘no más mutantes’ de la desquiciada hija
de Magneto que haría que éste entre otros se quedasen sin poderes. Casualmente
el film de Ratner finalizaría del mismo modo, despertando las dudas del
espectador. Pero no hay que obviar que el film de Ratner sea un revoltijo de
argumentos e ideas sacados explicítamentes de las viñetas y más concretamente
de una de las últimas etapas del grupo, ‘Astonishing X-Men’ de Joss Whedon se
podría considerar que es una de las obras de las que más bebe el guión de Simon
Kinberg y Zak Penn.
Cabe destacar que en el último
capítulo de la versión fílmica de la Patrulla-X, la ciudad de San Francisco
tomaba un relevante papel en el trasfondo de la historia y solo hay que
recordar la escena de Magneto moviendo el Golden Gate para abrirse paso a
Alcatraz para darse cuenta de dónde salió la idea de trasladar a los mutantes a
la cosa oeste tras ‘Complejo de Mesías’; ya que la ciudad de San Francisco ha
pasado a ser un personaje más dentro de la franquicia mutante convirtiéndola en
un elemento indispensable en el desarrollo de los personajes y las tramas.
Con el estreno de ‘X-Men
Orígenes: Lobezno’, la Casa de las Ideas decidió lanzar un nuevo primer número
para las aventuras del mutantes de las garras, ‘Lobezno: Arma-X’ que supondría
la primera toma de contacto de manera regular de Jason Aaron junto con Ron
Garney, en una saga que bebía directamente de las influencias del producto
cinematográfico al presentar una ‘secuela’ encubierta dentro de las páginas del
título.
‘X-Men: Primera Generación’
cambiaba el paradigma en lo que se refería a esta retroalimentación ya que la
primera entrega de la nueva trilogía basada en el pasado de los mutantes
cinematográficos se alejaba por completo de lo establecido en los cómics, salvo
por la fundación de la Patrulla-X y el nacimiento de la amistad entre Xavier y
Magneto para pasar al cisma que hizo que los dos se opositarán y se convirtiesen
en enemigos declarados al chocar sus intereses. En la Casa de las Ideas vieron
la oportunidad idónea ante este reinicio y aprovecharon la oportunidad para
relanzar la franquicia con nuevos números unos, cancelando la más veterana de
las cabeceras que nunca jamás había sido renumerada pese haber estado en un
limbo editorial en los sesenta antes de la llegada de Chris Claremont a los
mutantes y su ‘Segunda Génesis’. Con ‘Primera Generación’ contándonos como se
creaba la Patrulla-X fílmica y cómo se asentaban las bases para lo que acabaría
convirtiéndose con toda probabilidad en una nueva trilogía, Marvel decidió
aprovechar el momento para lanzar al ruedo la miniserie de ‘Cisma’ con Jason
Aaron a los guiones acompañado por una plétora de dibujantes representando lo
mejor de la compañía; Carlos Pacheco, Frank Cho, Daniel Acuña, Alan Davis y
Adam Kubert se encargarían de narranos la ‘cisma’ entre Lobezno y Cíclope, algo
que bien podría incidir directamente entre la versión fílmica que nos presentaba
Matthew Vaughan en su película y aquí vamos a explayarnos respecto a los
paralelismos que una y otra obra ofrecen en su conjunto.
1. El
Club Fuego Infernal
En la película de Matthew
Vaughan, el mítico Club Fuego Infernal entra en la continuidad cinematográfica
de los mutantes en plena época de los sesenta al más puro estilo de los
villanos retro del momento tales como el Dr. No de ‘James Bond’; con bases
secretas y planes megalómanos de dominación mundial a costa de manipular los
intereses ajenos a su conveniencia. Presentando la cúpula contamos con el líder
del Club, Sebastian Shaw, su mano derecha Emma Frost y dos personajes que solo
sirven para tener algún personaje que luzca sus poderes como es el caso de
Azazel (así lo relacionan con el Rondador Nocturno de X-Men 2) y Marea. Al
final del film, el Club Fuego Infernal se convierte en el precursor directo del
cisma que nace entre Charles Xavier y Erik Lensherr, lo que lleva a éste último
a fundar su propia ‘Hermandad de Mutantes’ para alejarse del sueño de
integración que impartía su compañero Charles.
En la miniserie de Aaron, el
autor recupera al ‘Club Fuego Infernal’ o al menos una nueva versión de los
clásicos villanos de los mutantes, ahora rejuvenecidos y convertidos en
antagonistas del conflicto representado en la saga, convirtiéndolos en los
antagonistas directos de la historia al mover los hilos para hacer que la
situación llegue a un punto de no retorno que cause la cisma entre Cíclope y
Lobezno de la manera más inesperada. Pese a que el Rey Negro de la nueva
versión del Club, parece dar a entender al final de la mini que los
acontecimientos narrados en la historia son consecuencia directa de los planes
del grupo de niños villanos, ya que han manipulado las acciones de los
personajes como si estuviesen jugando a una partida de ajedrez con Utopía como
escenario. De esta manera se convierten en precursores directos de la creación
y división de las dos facciones por las que se moverán a día de hoy los
mutantes.
El papel que juega Emma Frost en
la película entra en conflicto directo con la continudad cinematográfica y más
teniendo en cuenta que se nos presentó una versión del personaje en el spin-off
de Lobezno; además del papel que jugó Sebastian Shaw durante la saga de la
Patrulla-X de Matt Fraction dónde pudimos ser testigos de un ‘Año Uno’ de los
dos personajes listos para los nuevos lectores que pudieran venir de ver la
versión fílmica.
2. ¿Dónde
están el Profesor-X y Magneto?
En la versión cinematográfica,
Charles y Erik se convierten en los dos
pilares fundamentales bajo los que se construye la película de Vaughan al
centrarse en sus orígenes y lo que lleva a unir sus caminos para hacer frente a
un enemigo común para finalmente enfrentarse a sí mismos y separarse de manera
definitiva bajo dos pensamientos, no tan alejados, pero cuyos métodos se
muestran de un color u otro bajo el punto de vista moral bajo el que sean
observados. Dos puntos de vista completamente válidos que se salda con la
creación de ‘La Hermandad’ dónde Magneto acogerá a los antiguos servidores de
Shaw, además de Mística, la hermana de
Charles lo que crea un conflicto mucho más personal y sentimental.
Aaron relega a Charles y Magneto
a meros secundarios para basar toda la miniserie en el protagonismo de Cíclope
y Lobezno, quiénes se convierte en los dos pilares bajo los que se desarrolla
la acción equiparando su papel contrapuesto en todo momento para llevar
finalmente la conclusión de la miniserie a la ‘cisma’ que hace que dos de los
mejores amigos se vean enfrentados a través de distintos puntos de vista.
Al igual que en el film, la
postura de Cíclope parece ser la que hereda el espirítu de Magneto dónde la
especie mutante tras haber sobrevivido a la extinción debe seguir
fortificándose ante las amenazas que puedan surgir y probablemente surjan y
hacerles frente con toda la fuerza disponible desde Utopía; isla nación mutante
dónde los integrantes de la misma han pasado a convertirse en miembros de una
sociedad militarizada y muy similar al arquetipo de otras sociedades
dictatoriales, tachando a Scott Summers como un auténtico caudillo. Y es que
entre su equipo se encuentra su lugarteniente, Magneto, quién honra los
esfuerzos del joven pupilo de Xavier que parece haber abandonado los sueños de
su mentor sobre la integración de los mutantes en el mundo.
Lobezno ocupa así el lugar de
Charles Xavier al creer que existe otra opción ante el futuro que se les
presenta y es que las amenazas ya han terminado por lo que parece lógico querer
volver a encauzar el camino que abandonaron cuando se destruyó la Mansión
Xavier en ‘Complejo de Mesías’ y un buen punto para empezar es la
reconstrucción de la misma y volver a enseñar a los jóvenes mutantes sobre el
sueño que impartía el Profesor-X en sus inicios.
3. Los
Jóvenes Mutantes
Mientras que en ‘Primera
Generación’ se nos presentan personajes recogidos de distintas épocas de las
viñetas como Ángel de la etapa de Morrison; Darwin de la época de Brubaker;
Banshee en representación de los mutantes de los sesenta al igual que Kaos;
Mística también hace acto de presencia junto con la Bestia para crear un punto
de conexión entre la anterior trilogía y la nueva que nos propone ahondar en
los orígenes de esta versión nunca antes vista de la Patrulla-X.
En la miniserie de Aaron los
jóvenes mutantes también guardan un importante papel al convertirse en las
piezas centrales de la partida que nos propone el autor ante la crisis que
surge entre Cíclope y Lobezno durante el nudo de la historia, lo que hará que
Idie, una de las jóvenes mutantes tenga que matar con sus propias manos a
miembros del ‘Club Fuego Infernal’ para salvar la fiesta… todo por orden
expresa de Cíclope bajo la negativa del propio Lobezno quién cansado del estado
militarizado por el que parece moverse Scott, decide romper relaciones con el
mismo de la manera más fácil posible. A tollinas y mamporros.
4. Centinela
vs la crisis de los misiles cubanos
La historia de Matthew Vaughan se
engloba dentro de un período bastante candente de la historia de Estados Unidos
con la crisis de los misiles cubanos. Conflicto que hizo que la humanidad
estuviese al borde de una guerra termonuclear entre las dos potencias mundiales
más importantes de la época; Estados Unidos representaba el bando capitalista y
la URSS el comunista, metiendo en medio a Cuba que se encontraba en una
posición única para equilibrar la balanza de la Guerra Fría ya que Estados
Unidos había dejado en Turquía un completo alijo de misiles nucleares que hizo
que el clima se volviese tan tenso que podríamos haber estado extintos antes de
ni si quiera nacer de no haber sido por la decisión de uno de los generales
soviéticos a bordo de uno de los submarinos. En el film se revela como Sebastian
Shaw manipula a las dos facciones para iniciar la guerra termonuclear que
erradicará a los humanos para que los mutantes puedan heredar la tierra, algo
que hereda Magneto en el clímax final cuando los mutantes son amenazados por
las dos facciones que se unen para enfrentarse a este enemigo ‘común’ para al
final crear el tenso cisma que lleva a Charles y Erik a seguir dos caminos
completamente alejados el uno del otro, pero compartiendo enemigos, la propia
humanidad.
Aaron juega con las armas de
destrucción masiva y las conferencias que a día de hoy se organizan para
debatir este tipo de conflictos actuales para abrir un tema candente que
extrapola nuestra realidad más inmediata y la adapta a la actualidad de las
viñetas. Cíclope demanda a las naciones que se desmantelen los Centinelas que
aún puedan quedar en el mundo lo que pone en peligro a los pocos mutantes que
quedan en él, sin embargo como en todos los estados, se niega la obtención de
cualquier armamento. Lo que lleva a que Quentin Quire irrumpa en el lugar y
vuelva a encender una mecha olvidada para los mutantes, que pronto volverán a
ser testigos del miedo y el rechazo que la humanidad sigue sintiendo hacia
ellos.
El conflicto final se desarrolla
en la bahía de Utopía, pero en vez de tener a unos misiles volando directamente
a la isla nación liderada por Cíclope, tenemos una nueva versión Centinela que
se convertirá en el detonante del enfrentamiento entre el mutante de las garras
y el un ojo. En la película el conflicto también se desarrolla en la bahía
cochinos.
5. Y
al final…
En la película al final los mutantes
quedan divididos en dos facciones, una de ellas lideradas por un carismático
Magneto, bautizándose a sí mismo al final del film, presentando a la ‘Hermandad
de Mutantes y por otro lado Charles Xavier y sus ‘X-Men’, llamados así por
Moira, que seguirán con el sueño de co-existencia pacífica e integración del
homo superior en la sociedad en contra a las ideas impartidas de Sebastian Shaw
y su ‘Club Fuego Infernal’ ante la supremacía de la especie mutante sobre los
humanos.
En el cómic también acaba la cosa
en dos bandos bien diferenciados. Por un lado tenemos a Cíclope que seguirá
liderando la Patrulla-X en Utopía, con uno de los equipos más poderosos que ha
podido contar jamás la formación del grupo, entre los que se incluyen en mayor
parte personajes con dudosa moralidad y con pasados más que cuestionables
convirtiendo el bando de Cíclope en un remedo de lo que fue la antigua ‘Hermandad
de Mutantes Diabólicos’ de Magneto, al que Cíclope conserva como su segundo al
mando.
Por otro lado, Logan decide
proseguir con el sueño de Xavier sobre la co-existencia pacífica entre el homo
superior y el sapiens en un futuro que vuelve a llevar la palabra esperanza
escrita en instruir a las futuras generaciones por un mañana mejor. De igual
modo que hiciera Xavier en su momento, Logan decide refundar el Instituto… Esta
vez pasará a llamarse Escuela Jean Grey, en honor a cierta pelirroja.
La nueva versión del ‘Club Fuego
Infernal’ aquí sobrevive y tiene visos a convertirse en uno de los grandes
antagonistas de la nueva ‘Lobezno y la Patrulla-X’, por lo que el mutante de
las garras tendrá que andarse con mucho ojo a la hora de no apuñalar a niños ‘inocentes’,
y es que la Hit-Girl de Millar ha hecho mucho daño en el fandom.
Cómo podéis comprobar los
paralelismos son más que obvios y es más que probable que para la anunciada
secuela para 204 de ‘X-Men: Primera Generación’ podamos ser testigos de cómo la
retroalimentación entre los dos medios vuelve hacer mella para aprovecharse el
uno del otro del favor de nuevos lectores que puedan venir de la oscuridad de
las salas y quieran embarcarse en un universo con más de cuarenta años de
historias y que podría echar para atrás a cualquiera que tema poder perderse en
la enmarañada continuidad. Algo que Aaron resuelve a la perfección en ‘Cisma’
al autocontenerla en la miniserie central y permitir que todos los elementos
que presenten no desentonen en su final.
Excelente análisis, aunque la división actual en dos bandos de mutantes es artificial y poco sostenible en el tiempo a comparación de la legendaria disputa Charles/Erick, en este caso el fandom no aceptará un Ciclope malvado, al final del día los de Marvel tendrán que recular y devolver a Ciclope a sus orígenes.
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