Por el momento parece que Imposibles Vengadores vaya en
paralelo a todo aquello que ande orquestándose a día de hoy en La Casa de las
Ideas, y es que pese a los eventos acaecidos en la serie, pocas son las que se
hayan eco de la gran amenaza que suponen los Gemelos Apocalipsis y la serie de
eventos que han ido creando alrededor de la gran epopeya que ha ido organizando
Rick Remender en los últimos meses.
En el ecuador de la gran saga que ha ido pergeñando el
guionista, la épica amenaza traerá imprevistas consecuencias de las que todavía
no podemos vislumbrar cuál será su magnitud ya que ninguna serie se ha hecho
eco, salvo los X-Men de Brian Wood quien ya aprovechado el momento para incluir
a una vieja conocida dentro de la alineación.
Tal vez sea uno de los puntos fuertes de las actuales etapas
de Marvel y sobre todo de esta colección. Al estar autocontenida, la tramas
sigue número a número y el lector no se pierde entre cientos de series pese a
pertenecer a dos de las franquicias más grandes de la editorial. Pero al no
hacerse eco ninguna colección es como si la sensación de amenaza no fuera tal,
o al menos nos hace atisbar que Remender tiene un plan bajo la manga con eso de
los líos temporales y demás.
Steve McNiven es como si se hubiese transformado de la noche
a la mañana, ya que sus últimos trabajos se llevaron más palos que otra cosa.
Es en este arco argumental del grupo de Vengadores y Patrulla-X dónde el
dibujante parece haber recobrado parte de la magia que lo hizo popular y famoso
con Civil War. Ya que en las planchas del actual arco volvemos a tener crudos
combates que dejarán a más de uno helado.
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