Este mismo mes Panini pone a la venta el ‘Patrulla-X:
Cisma #3’ que contiene los dos primeros números estadounidenses de la miniserie
en la que nada volverá a ser igual. Jason Aaron, encargado de las historias del
mejor Lobezno que recuerdo en su colección regular, es el elegido para provocar
el conflicto que dividirá a los mutantes.
Acompañado en los dos primeros números por Carlos
Pachecho (en el primero) y Frank Cho (en el segundo), el buenhacer del guionista
se muestra en cada página dónde los diálogos hacen que la historia fluya de
manera dinámica y ágil, leyendo el cómic en un suspiro pero no por ello con
menos contenido ya que encontramos una serie de doble lecturas bastante
interesantes. Aaron se guarda la acción para el clímax final y se nota que
estos dos primeros números solo sirven de preámbulo para lo qué ocurrirá, por
el momento coloca todas las piezas dónde tienen que estar para cuando estalle
el conflicto la acción se desarrolle de manera orgánica y no forzada, algo muy
característico en el autor y su etapa en ‘Lobezno’ es una buena muestra del
trabajo del autor.
Cíclope junto con Lobezno viajan a Suiza a una
conferencia sobre armas mundiales, dónde el líder de los mutantes pide a todas
las naciones que se deshagan de los antiguos Centinelas que acosaron a tantos
de los suyos a lo largo de los años, considerándolos armas de destrucción
masiva, estableciendo un paralelismo más que palpable en situaciones de extrema
actualidad. En mitad del discurso televisado por todo el mundo irrumpe un viejo
conocido de la Patrulla-X, Quentin Quire (el joven revolucionario que urdió una
revuelta estudiantil en la etapa de Morrison) obliga a todos los líderes a
revelar sus más oscuros secretos haciendo que se activen los protocolos-x del
evento, permitiendo a Pacheco lucirse con una de las batallas clásicas del duo
Lobezno y Cíclope contra los Centinelas. Hay que recordar que la propia etapa
de Morrison empezaba con los dos personajes destruyendo un viejo centinela en
Australia… Con Quire prendiendo una mecha que explotará en algún momento es
cuando se produce la primera disensión entre Cíclope y Lobezno, mientras que el
mutante de las garras pretende ir a por Quire para cortar la mecha para que la
explosión no dañe a nadie y Cíclope se posiciona para evitar que la mecha se
apague ante la expectación por ver qué ocurrirá a continuación.
En segundo plano tenemos a Kilgore (imaginaros a
un Tony Stark de doce años con muy mala baba) que asesinado a su padre (con
solo doce años) hereda toda la empresa de su padre y se revela como el
verdadero maestro planificador de lo ocurrido en la conferencia en Suiza y la
repentina liberación de Quire. Al final del cómic descubrimos que el pequeño ha
sido elegido como el nuevo Rey Negro del Club Fuego Infernal.
Mientras que en el mundo se desata el caos cuando
las naciones que negaban tener centinelas empiezan a mostrar el poderío de
estos humanoides de metal…
En el segundo número la historia se desarrolla
poco más, aunque vemos que la relación entre Logan e Idie es un motor de la
trama en general, al igual que los más jóvenes protagonistas de ‘Generación
Hope’ que son testigos por primera vez del odio que sienten los humanos hacia
los mutantes. Algo que había quedado completamente olvidado en las páginas de
los mutantes y Aaron recupera con acierto. Una vez presentados los antagonistas,
el autor se permite crear más tensión si cabe cuando Cíclope miente al Capitán
América acerca del paradero de Quire, quien se presenta en Utopía pidiendo protección.
Uno de los aspectos más interesantes de Aaron es
la galería de villanos que en poco tiempo ha creado para Lobezno, ahí tenemos a
los hombres de adamántium, el Dr. Roth, Deathlock, La Mano Derecha Roja,
incluyendo los Mestizos y ahora el autor se permite la gamberrada de crear una
versión junior del Club Fuego Infernal (Millar ha hecho mucho daño con su
Kick-Ass), que casualmente también se convierte en antagonista directa de ‘X-Men:
Primera Generación’ y para rizar más el rizo, fijaros que en la película se nos
contó la ‘cisma’ que se creó entre Charles Xavier y Magneto; aquí Aaron juega
con la batalla entre un Cíclope más ‘Magneto’ que nunca y un Lobezno cansado de
jugar a la guerra en tiempos de paz, tras lo ocurrido en la última saga (de la
que hablaremos largo y tendido) de su colección regular es normal que el bueno
de Logan quiera un poco de paz para un cuerpo con tantas heridas sufridas.
El dibujo de Frank Cho desentona con
el de Pacheco a primera vista, pero tampoco es que lo desluzca ya que se
complementan a la perfección y en su conjunto seguro que encontramos que la
elección de los dibujantes no es arbitraria.
Es vuestra oportunidad para volver a
la franquicia mutante y aunque os pueda echar para atrás tal vez el enemigo, ya
que es criticable el hecho de que un grupo de niños pongan en jaque a la
Patrulla-X y encima se alcen con el poder de una de las organizaciones más
emblemáticas y oscuras del cosmos mutante.
me encanta Quentin y esa xispa q tiene!
ResponderEliminarAu contraire! El hecho de que el nuevo círculo interno del Club Fuego Infernal esté constituido por un puñado de niños adinerados, genios y psicópatas le otorga aún más carisma a semejante institución. Que no todo iba a ser siempre Shaw o Selene xD
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